Haz de tu dieta tu forma de vida

lunes, 3 de agosto de 2015

Haz de tu dieta tu forma de vida Existe un dicho popular que dice que “somos lo que comemos”. Y, realmente yo así lo creo. Por eso, en lugar de buscar una dieta milagro que me permita tener una buena salud y un buen aspecto externo trato de seguir unos hábitos y rutinas saludables para lo que una dieta como la mediterránea es ideal. La alimentación es el pilar fundamental de nuestra salud por lo que debemos aprender a comer bien. En los últimos tiempos se han puesto muy de moda las dietas vegetarianas/veganas, que suponen una alternativa igual de válida que la dieta mediterránea pero tal y como explica Estanislao Berruezo en este blog se suelen asociar más a cuestiones de ética y respeto por el medio ambiente. Tal vez, habría que suprimir la palabra “dieta” de la ecuación puesto que muchas personas la asocian de manera directa a fórmulas de pérdida de peso pero no se trata de eso sino de establecer unas pautas y hábitos basados en una alimentación variada y equilibrada.

Buenos hábitos

Uno de los primeros tips o hábitos que deberemos adoptar es el de hacer unas 5 comidas diarias. Comer menos cantidad con mayor frecuencia conlleva grandes beneficios para nuestro organismo como. Sirvan de ejemplo estas dos: evitamos comidas excesivamente copiosas facilitando la digestión, al estar el metabolismo más tiempo activo consumimos mayor número de calorías

dieta mediterranea

Qué comer

Dentro de este tipo dieta la base la encontramos en las frutas y verduras. Todos los días debemos ingerir unas cinco raciones de fruta. Esta meta creo que es muy sencilla. En los días calurosos una sandía o una porción de melón fresquitos nos proporciona las vitaminas que necesitamos así como una buena hidratación. Debemos buscar las que más nos gusten e ir variándolas: manzana, pera, fresas, melocotón, naranja, cerezas, piña…las opciones son interminables. Para alcanzar el objetivo y tomar nuestras cinco piezas diarias podemos aprovechar y tomarlas con tentempié a media mañana y media tarde. Sirven de aperitivo y nos aportan muchos nutrientes, fibra y pocas calorías. Las verduras las podemos tomar en ensaladas o como acompañamiento en nuestros platos principales. Yo tengo por costumbre tomar una ensaladita antes del almuerzo y la cena. Es una forma de cumplir con la ingesta diaria de este tipo de alimento y además, reduce el apetito por lo que a la hora de tomar el plato principal ha habrás saciado parte del hambre y comerás menos algo que te puede venir genial si buscas una pérdida de peso. Los cereales son esenciales para nuestro organismo, especialmente por su aporte de fibra. La pasta, el arroz y el pan son tres formas de tomar este alimento. El “peligro” está en cómo acompañamos esto. Por ejemplo, no es lo mismo una ración de pan integral con queso fresco que comerse un bocadillo de barra con bacón y queso fundido. Puedes acompañar tus platos de pasta con tomate, queso fresco y albahaca, por ejemplo, sustituyendo las salsas excesivamente grasas. El aceite de oliva debería ser el principal proveedor de grasa de nuestra dieta. Es mucho más sano cocinar con este aceite que utilizar mantequilla, por ejemplo. Tenlo en cuenta. El pescado azul también nos proporciona muchos nutrientes necesarios y ácidos grasos como el omega-3, esencial para una alimentación sana. En las aves de corral (pollo, pavo) y los huevos encontramos nuestra principal fuente de proteínas. Consume los filetes más magros y deja de lado las carnes más grasas. Los productos lácteos son también esenciales para nuestra dieta. Los podemos tomar en forma de leche, yogures o queso. Pero mira bien las etiquetas de estos productos y elige los más bajos en grasa. No vamos a estar cuidando 4 comidas al día y estropearlo todo por tomar un cartón de leche entera cada mañana. Y para acabar dos tipos de alimentos que se suelen olvidar y no todo el mundo incorpora a su dieta con la regularidad necesaria: legumbres y frutos secos. Las legumbres no son exclusivas de guisos muy elaborados. Con unos garbanzos, un par de pimientos, media cebolla y un poquito de jamón cocido puedes conseguir unas ricas y jugosas ensaladas. Los frutos secos aportan muchos nutrientes como ácidos grasos, magnesio, fósforo, vitaminas B y E…y solo tienen una pega: un alto índice calórico. Puedes utilizarlos como complementos para conseguir estos nutrientes dos o tres días a la semana sin abusar de su cantidad. Como puedes comprobar, la dieta mediterránea no consiste en un control severo de los alimentos. No tienes que sufrir lo más mínimo con comidas que no te gustan porque son bajas en calorías ni pasar hambre. Haz de este tipo de alimentación tu forma de vida y compleméntala con algo de ejercicio. Te sentirás mucho mejor y te verás con ese aspecto que siempre te gustaría tener.